Durante los últimos meses, en el taller de profundización en imagen digital, empezamos a abordar un tema bastante amplio con relación a las posibilidades de interacción que empieza a tener el usuario con respecto a interfaces que no son intangibles, sino bien reales, táctiles, naturales y aprehensibles. Como lo dice Rejane Cantoni, artista e investigadora de sistemas de la información, en su conferencia de cómo el mundo se volvió interface; "lo que ha sucedido es que nuestra “máquina de trabajo” ha venido transformándose gradualmente, ha pasado de ser una simple herramienta para convertirse en una “maquina mediática universal” como la ha definido el teórico de los nuevos medios Lev Manovich . Su interfase se ha transformado –al menos conceptualmente–en “interfaz cultural”. Dicha transformación de “máquina de trabajo” a “máquina cultural” ha venido aceptándose sin mucha reflexión. La máquina digital se ha convertido en un artefacto común y somos nosotros quienes nos hemos venido adaptando gradualmente a ella. Marc Weiser planteó en los años 90 una posición conocida con el nombre de tecnología ubicua. Esta dirección, en aparente oposición a las tecnologías inmersivas, nos plantea un futuro poblado por máquinas diminutas o prácticamente invisibles. Bajo esta perspectiva cualquier objeto (o incluso cualquier ser vivo) se encuentra en capacidad potencial de ser transformado –a partir de implantes digitales– en una interfaz de comunicación (y por tanto de conocimiento) con otros sistemas.
En consecuencia con lo que se plantea, las interfaces fisicas, son aquellas que se generan a partir de medios habituales para la sociedad actual y se muestran al usuario de manera natural e intuitiva; tener un concepto básico del proceso mediante el cual se genera este tipo de sistemas interactivos, ha sido una experiencia bastante enriquecedora, no en función del conocimiento puntual adquirido, sino bien en función del alcanze que se podría tener si se establece que una interfaz fisica es funcional y coherente para múltiples aplicaciones cotidianas; en donde, conocer el proceso de estructuración, desde la manera en que funcionan los microprocesadores hasta los sencillos y complejos códigos que se emplean, genera una concepción más aterrizada de lo que se puede llegar a lograr al emplear dichos sistemas.
Un taller de interfaces fisicas en el taller digital, enmarca, la manera en el que el diseño visual puede incorporar de una u otra manera conocimientos provenientes de otras disciplinas como la electrónica y la programación, para generar sistemas interactivos y reactivos, basados en la experiencia del usuario, generados como estructuras visuales eficaces y tan naturales que la misma interfaz tangible llega a desaparecer en algunas ocasiones.
En consecuencia con lo que se plantea, las interfaces fisicas, son aquellas que se generan a partir de medios habituales para la sociedad actual y se muestran al usuario de manera natural e intuitiva; tener un concepto básico del proceso mediante el cual se genera este tipo de sistemas interactivos, ha sido una experiencia bastante enriquecedora, no en función del conocimiento puntual adquirido, sino bien en función del alcanze que se podría tener si se establece que una interfaz fisica es funcional y coherente para múltiples aplicaciones cotidianas; en donde, conocer el proceso de estructuración, desde la manera en que funcionan los microprocesadores hasta los sencillos y complejos códigos que se emplean, genera una concepción más aterrizada de lo que se puede llegar a lograr al emplear dichos sistemas.
Un taller de interfaces fisicas en el taller digital, enmarca, la manera en el que el diseño visual puede incorporar de una u otra manera conocimientos provenientes de otras disciplinas como la electrónica y la programación, para generar sistemas interactivos y reactivos, basados en la experiencia del usuario, generados como estructuras visuales eficaces y tan naturales que la misma interfaz tangible llega a desaparecer en algunas ocasiones.
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